Es muy probable que paseando por el monte hayáis visto una especie de bolsas blancas colgadas de las ramas de los pinos. Esas bolsas corresponden a los nidos de un tipo de oruga llamada procesionaria. Este nombre les viene por su característica manera de avanzar por el suelo a modo de hileras pareciendo una procesión.
Biología de la procesionaria
La procesionaria es un tipo de oruga que suele proliferar durante primavera-verano. La especie más habitual en España es la Thaumatopoea pityocampa, también llamada, procesionaria del pino por su característica forma de caminar en hileras y poner sus nidos en los pinos.
Una vez acabado el verano, se produce la aparición de las mariposas que salen de sus crisálidas que han estado enterradas bajo la tierra. Estas mariposas se aparean durante la noche y después depositan sus huevos en las ramas de los pinos. Aproximadamente, en un mes salen las larvas que forman ese característico nido blanquecino y algodonoso que vemos en los pinos. Ahí permanecen durante aproximadamente 7 meses hasta que las condiciones en el exterior son las adecuadas (temperaturas superiores a los 10ºC) y es entonces cuando comienzan su procesión. Estas fechas suelen ser de febrero a julio.
Característica peligrosa de la procesionaria
La principal característica de la procesionaria que nos interesa son es esos pelos que recubren todo su dorso y en donde radica su poder tóxico. Estos pelillos contienen en su interior un toxico llamado taumatopeína, el cual es liberado al romperse estos pelillos. Cada oruga puede tener unos 500.000 pelitos.
Peligros de la procesionaria para nuestra mascota
Es muy probable que nuestra mascota se vea atraída por esa hilera de orugas y no pueda evitar acercarse a verlas e incluso chuparlas. Al chuparla lo más probable es que se le clave los pelillos urticantes de la oruga en la lengua. Pero no hace falta que nuestra mascota entre en contacto directo con la oruga ya que estos pelillos pueden ser lanzados por la oruga en caso de verse amenazada. Estos pelillos se clavan en piel y mucosas provocando una gran liberación de histamina que produce enrojecimiento, inflamación, picor e incluso necrosis en dicha zona.
Otro punto a tener en cuenta son los nidos de la procesionaria, ya que una vez abandonados por las larvas estos contienen gran cantidad de exudados larvarios y pelillos. Estos nidos al romperse o ser manipulados pueden liberar estos pelillos al aire y ser desplazados provocando lesiones en animales o personas que ni siquiera han estado en contacto con las orugas.
La zona que con más frecuencia se ve afectada son la zona facial (labios, trufa, cavidad oral, ojos,).
Y los principales síntomas van a ser:
- HIPERSALIVACIÓN
Debido al prurito y la inflamación en la lengua y cavidad oral.
- INFLAMACIÓN DE LA LENGUA
Se puede observar un aumento de tamaño de la lengua de diversa gravedad, llegando a incluso a provocar dificultad respiratoria por obstrucción de las vías respiratorias. En casos muy graves esta inflamación a lo largo de los días puede venir acompañada de necrosis y llegar desprenderse un trozo de lengua.
- INFLAMACIÓN DE LOS LABIOS Y PRURITO FACIAL
Los animales están intranquilos y se frotan mucho el morro con las patas o contra el suelo
Otros síntomas que son menos frecuentes pero que también pueden verse en relación con la procesionaria son:
- ÚLCERAS CORNEALES
Debido al contacto de los pelillos urticantes con el ojo al ser arrastrados por el viento
- VÓMITOS
Suele ser debido a la hipersalivación y que dicha saliva es deglutida.
- ANOREXIA Y DESHIDRATACIÓN
Debido a la incapacidad de beber y comer por las lesiones en cavidad oral
Debido a la gravedad de las lesiones lo primero que debemos hacer antes la sospecha de que nuestra mascota ha entrado en contacto con la procesionara es llevarla al veterinario para que en la mayor brevedad le ponga medicación para frenar los síntomas y tratar las lesiones.