ASMA FELINO

El ASMA FELINO es una de las patologías de vías respiratorias bajas con la que con más frecuencia se presentan los gatos en las clínicas veterinarias. Esta enfermedad es también conocida como BRONQUITIS CRÓNICA, ASMA BRONQUIAL, BRONQUITIS ALÉRGICA o BRONQUITIS CRÓNICA ALÉRGICA.

¿Por qué se produce?

El ASMA FELINO es una enfermedad de evolución crónica y de naturaleza inmunomediada, ya que es debido a una reacción de hipersensibilidad a determinadas sustancias irritantes que se encuentran en el ambiente. Algunas de estas sustancias pueden ser:

  • Pólenes de arboles y/o la hierba
  • Aerosoles (spray para el cabello, antiparasitarios, ambientadores, …)
  • Polvo de la arena para gatos

Al entrar estas sustancias en contacto con la mucosa del aparato respiratorio provoca que el sistema inmune de las vías respiratorias reaccione de manera exagerada provocando lo siguiente:

  • Broncoconstricción (espasmo de la musculatura de la pared de los bronquios que hace que se cierren e impiden pasar el aire a los pulmones)
  • Inflamación y/o irritación de los bronquios (lo cual contribuye a la disminución del diámetro de los bronquios, dificultando el paso del aire)
  • Secreción excesiva de mocos
  • Dificultad respiratoria (disnea) de intensidad variable

Una reducción del 50% de la luz de la vía respiratoria reduce 16 veces la cantidad de aire que pasa por ella. Por ello cualquier medicación que disminuya la inflamación, el broncoespasmo o la producción de mocos en las vías respiratorias puede provocar una notable mejoría en los síntomas.

Se sabe que los pacientes asmáticos presentan una inflamación crónica de las vías respiratorias, tanto si presentan signos clínicos como si no, por eso es muy importante aplicar el tratamiento con el fin de frenar en la medida de lo posible la evolución de la enfermedad en un EPOC (ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA), enfermedad irreversible que se debe a la fibrosis del parénquima pulmonar.

 

¿Qué síntomas me pueden hacer sospechar que mi gato puede tener asma?

Los síntomas pueden empezar a cualquier edad, aunque es más frecuente entre los 2 y los 8 años.

El síntoma más característico del asma en gatos es la TOS, ya que el gato, al contrario que el perro, raramente tose por un problema cardiaco o por un por un proceso infeccioso de las vías respiratorias.

A veces la tos puede presentarse de forma discreta, aunque por lo general suele presentarse de manera sonora y notoria y los propietarios suelen confundirlo con arcadas por bolas de pelo, vómitos (que en algunos casos pueden acompañar a los brotes de tos), ronquidos, estornudos o dificultad respiratoria, llegando a respirar rápido, superficial y con la boca abierta.

 

 

 

 

 

Tratamiento

El ASMA FELINO es una enfermedad crónica que tiene tratamiento, pero, hasta la actualidad, no tiene una cura definitiva. Es por esto que el ASMA FELINO requiere de una gran implicación por parte del propietario para evitar el progreso de la enfermedad a una fibrosis del tejido pulmonar.

El tratamiento en cada caso debe ser personalizado en función de los síntomas, gravedad y evolución de la enfermedad. El tratamiento va orientado a reducir la inflamación de las vías respiratorias y la reacción de sistema inmune.

Los principales medicamentos que se utilizan son:

  • Corticosteroides por vía oral (por lo general su uso se limita a las fases iniciales para continuar el mantenimiento con inhaladores aunque también se usa en aquellos casos en los que los inhaladores no funcionan o hay dificultad para aplicarlos)
  • Corticosteroides en inhalador (generalmente utilizados para el mantenimiento de la enfermedad ya que hace muy buen efecto local en vías respiratorias disminuyendo mucho la cantidad de corticosteroides que llegan a la vía sistémica)
  • Broncodilatadores en inhalador (se suele usar generalmente en las crisis agudas)
  • Aerosolterapia, que puede ser una alternativa al uso de inhaladores

El uso de medicación para el asma debe ir acompañado de unas medidas de control del ambiente por parte del propietario, como son:

  • No exponer al animal al humo del tabaco
  • Evitar el polvo en la bandeja de arena
  • Evitar bandejas de arena cerradas
  • No utilizar inciensos ni ambientadores en aerosol
  • No aplicar spray en su presencia
  • Controlar el polvo del hogar
  • Evitar exponer al animal a temperaturas muy bajas
  • Evitar el ejercicio que pueda exacerbar los síntomas
  • Controlar el peso del animal (ya que la obesidad empeora el cuadro)

 

En caso de notar alguno de estos síntomas en su gato no dude en consultarnos.